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Monchique Algarve Portugal

DESCUBRIENDO… MONCHIQUE – JARDÍN DE ALGARVE

¡Algarve! ¡Qué palabra tan rotunda que se te queda en el oído! Para muchos, una región aún desconocida, a pesar de su popularidad, historia y maravillas naturales que nos sorprenden cada día y que va mucho más allá de las fantásticas playas que tenemos a nuestra disposición.

En este artículo, queremos que conozcas el verdadero Algarve. La cosa real. Hablemos de Mochique.

Para quien no lo sepa, visitar Monchique y todo su entorno, es conocer una zona que tiene una gran diversidad vegetal, cultural y gastronómica. El «Jardín del Algarve», como se le llama cariñosamente, también ofrece, gracias al clima templado que proporciona, los baños termales y las aguas mineromedicinales, unas condiciones excelentes que ayudan a mejorar la calidad de vida de los que pasan. Un día en Monchique es sinónimo de descubrimiento y aventura. Donde hay un equilibrio perfecto entre relajación y nostalgia. Con ganas de saber más y más. Querer ver. Querer degustar. Querer caminar. Querer disfrutar. Y es este mítico de los sentimientos lo que te invitamos a sentir. Que quieran explorar y disfrutar. Primero, en este “Jardín del Algarve”, tenemos que mencionar todos los senderos disponibles para caminar en pleno contacto con la naturaleza.

Con miradores e impresionantes vistas. Y en este punto, uno de los lugares imperdibles es Foia: este es el punto más alto de la montaña y del Algarve y el mejor lugar para disfrutar de increíbles vistas panorámicas de toda la región. Sin mencionar que, en este lugar en particular, es posible ver todo el camino hasta el Atlántico. Se puede ver, dependiendo de la nubosidad, el Cabo de São Vicente y más al norte hasta la Serra da Arrábida, y por otro, el Faro y un vasto semicírculo de sierras.

Después de caminar por estos «museos naturales», es hora de conocer Monchique y de echar un vistazo y degustar la cocina local.

Además de los embutidos caseros, la miel y madroños, también hay platos típicos como la col a Monchique, asado, frijoles con col, frijoles con arroz, grano con pasta, todos elaborados con carne de cerdo negro, que se pueden encontrar fácilmente en los principales restaurantes. . Aunque pasa el tiempo, la cocina tradicional sigue pasando de generación en generación sin perderse.

Para probar todos estos manjares, nada mejor que pasar por Tasca do Petrol, uno de los lugares más auténticos que ofrece Monchique. Aquí, la cocina es típicamente montañesa, elaborada en ollas de barro y en horno de leña.

Para empezar, por ejemplo, los bocadillos tradicionales recomendados para todos: salchicha portuguesa ahumada frita (farinheira) y callos, chorizo ​​asado, jamón de Monchique, ensalada de orejas, cachola a la gasolina, que está en el horno, como solía ser, y otros.

Luego, hay tres platos que nunca faltan, ya que tienen una gran demanda: la pierna de cerdo al horno, las carrilleras, que es el nombre que se le da a las carrilleras de cerdo con sus huesos en un cocido codicioso, y el jabalí, otro guiso rico en sabor. También hay platos de día fijo y a la parrilla, que merecen referencia por la calidad y cantidad de la carne, que siempre es “cerdo negro”.

Entre los dulces regionales, que también es un encanto y que se deshace en la boca, destacan los dulces de algarroba, higo y almendra y gila, los budines de miel y boniato y la tarta de naranja. Y al final, para terminar una comida, incluso se puede degustar el madroño. Y la melaza. Que son bebidas alcohólicas fuertes, a base de frutas y miel, pero que ayudan a la digestión. No se debe beber demasiado.

Después de esta parada, exploraremos Monchique. En el centro del pueblo se puede disfrutar de una magnífica vista desde el mirador del parque São Sebastião, visitar la Igreja Matriz de Monchique que data de principios del siglo XVI, el Convento de Nossa Senhora do Desterro y aprovechar para pasear las estrechas calles del pueblo, contemplando las vastas casas blancas con las típicas chimeneas de faldón y parada para visitar nuestras casas artesanales.

Otra visita obligada son las Caldas de Monchique. A poca distancia del centro de Monchique, Caldas es uno de sus mayores atractivos. La buena calidad del agua, considerada medicinal, tiene fama; los baños termales (actualmente dedicados al tratamiento de algunas enfermedades), existen desde la época de la ocupación romana. Este pueblo, que le dio tanta importancia al agua, construyó aquí un importante balneario. Una pequeña plaza rodeada de sombras de grandes árboles es el centro de este pequeño pueblo, cuyo principal encanto proviene del parque donde se puede disfrutar de mucha sombra, el murmullo del agua y, sobre todo, la gran tranquilidad que caracteriza a este espacio propicio para el descanso. paseos y picnics familiares en las mesas de piedra esparcidas por la colina.

Después de un intenso y lleno de descubrimientos, es hora de volver a casa. Qué bueno tener la oportunidad de salir de tu zona de confort y salir a descubrir. Descubra un lugar diferente, escondido en un Algarve auténtico y real.